26 de marzo de 2014

LAS 9 COSAS QUE MÁS ME LLAMABAN LA ATENCIÓN AL VOLVER A ESPAÑA DESDE MARRUECOS

Cuando volví a España después de haber vivido en Marruecos hubo varias cosas que me llamaron durante bastante tiempo la atención. Empaparte al máximo de la cultura de un país, disfrutar de forma tan intensa de lo que te rodea y hacer que lo que vives vaya siempre contigo te convierte, de alguna manera, en una extraña cuando vuelves a casa. Durante mi tiempo en Marruecos sólo vine a España por tres noches, para hacer dos entrevistas de trabajo en Madrid y Barcelona, y nada más pisar mi país ya estaba deseando volverme. No sé bien cómo explicarlo pero en ese momento no estaba a gusto, me sentía incómoda, fuera de lugar… Quería volver a casa. Mi otra casa.


Durante esos cuatro días apenas me dio tiempo a desconectar de Marruecos (si es que alguna vez he llegado a hacerlo). Hablaba como si aún estuviera allí, como si llevara toda una vida en el país vecino, y no fui consciente de detalles que meses después, cuando volví definitivamente, me llamaban la atención en mi propio país. Cuando por fin asimilé que ya no estaba en Marruecos sino en España había una serie de detalles cotidianos en los que siempre me fijaba...

1. Mujeres fumando… ¡y en la calle! Algunas de ellas señoras mayores. Tardé tiempo en dejar de verlo como algo raro. Aunque las hay, especialmente en las grandes ciudades, en Marruecos no es habitual ver a mujeres fumar.

2. Niños llorando a todas horas. En el metro, en la calle, en las tiendas, en el supermercado… ¡Qué cruz! Había tardado muy poco en acostumbrarme a la buena costumbre marroquí de no llorar por memeces y echaba de menos más que nunca las sonrisas de los críos, especialmente cuando juegan en la calle, al escuchar a tanto renacuajo protestar, berrear y lloriquear a santo de nada.


3. Limpieza y luz artificial por todas partes. Marruecos no es el país más limpio del mundo y es muy habitual ver basura por la calle (botellas, plásticos, cáscaras de frutas, cajas…), especialmente en los barrios más humildes y en las zonas menos turísticas de las medinas. Por eso, al llegar al Aeropuerto de Barajas y poder ver casi mi reflejo en el suelo me sentí en otro mundo. ¡Pero qué limpio, tú! Y lo mismo me ocurría con las tiendas, todas iluminadísimas - tanto por fuera como por dentro - incluso estando cerradas. ¡Pero qué derroche, tú! 

4. Gente mayor allá donde mires. Sobre todo cuando llegué a Castilla y León y no dejaba de ver ancianos. A pesar de que la natalidad en Marruecos va en continuo descenso y que ha aumentado considerablemente el nivel de vida (73-75 años), la cantidad de jóvenes y niños que hay en el Maghreb es increíble. Se estima que más del 25% de la población marroquí tiene menos de 15 años y pasar de esa realidad a la de la comunidad con la población más envejecida de Europa no fue fácil.

5. Nadie habla con nadie por la calle. Con nadie que no conozcan y, a veces, con los que conocen tampoco. La gente va a lo suyo, con sus cascos, su móvil, su periódico, su libro… La mayoría está en la calle porque van a algún lado y no por querer estar en la calle pasando el rato. De ahí que cada uno esté a lo que está y no se pare demasiado a hablar, a reír, a discutir, a hacer una gracia, a jugar con el niño, a piropear a la chica o a preguntar algo al señor mayor.


6. Todo es de mala educación o está prohibido. Esa era la sensación que tenía en España al volver de Marruecos. Comer con las manos, fumar en el bar, coger comida del plato de otro, quitarse los zapatos para poner los pies encima del asiento, beber en la calle, tumbarse de mala manera en el bus o el tren, no pedir por favor y dar las gracias por cualquier cosa, sentarse en el suelo de la estación, hablar en alto… Todo es de mala educación o está prohibido. La sensación que tienes cuando vas desde España a algún país del norte de Europa es la misma que tienes cuando vienes desde Marruecos a España.

7. No entrar en tiendas para evitar regatear. Lo tengo perfectamente interiorizado cuando estoy allí, ‘pregunta sólo por el precio de lo que vayas a comprar seguro’. Me da muchísima pereza hacer compras en Marruecos, especialmente cuando se trata de objetos ‘para los de fuera’ como mochilas de cuero, estuches, pasminas y similares. Por eso, al volver a España, inconscientemente evitaba acercarme demasiado a ciertas tiendas pequeñas y me costó hacerme a la idea de que aquí cuando a un dependiente le dices en su idioma ‘No, gracias’ normalmente entiende ‘No, gracias’.

8. Ver a gente besarse (¡y de qué manera!). Las muestras públicas de cariño entre una pareja son muy poco habituales en Marruecos y casi nunca van más allá de una carantoña o de un abrazo amistoso. Por eso, al volver a España me parecía todo un atrevimiento que la gente demostrara su pasión en plena calle. Como dice Bárbara, "yo española y tan liberal veía a dos novietes dándose amor y pensaba sin querer: ¡Uy, qué maleducados!" De la misma forma, me chocaba ver a chicas maquilladas como una puerta, en minifalda o con ropa provocativa y automáticamente pensaba: '¡Pero dónde irán así vestidas!' como si por un momento me hubiera convertido en una abuela typical spanish.


9. Los taxistas en España no escuchan el Corán. Si bien es cierto que escucharlo mientras trabajas no es un requisito indispensable para ser taxista, es habitual montarse en un taxi y que se esté reproduciendo el libro sagrado del Islam. Sin tener ni idea de lo que dice, llega un momento en la vida de todo español residente en Marruecos que lo tomas como algo normal, deja de llamarte la atención y hasta te relaja y te hace sentir a gusto al notar que estás donde quieres estar.

Aparte de eso, por todos es sabido que los vehículos usados como taxis en Marruecos suelen estar entre destrozados y muy destrozados, al menos estéticamente. Cuando llegué a Burgos y me monté en un taxi para volver a casa desde la estación, sin esperar a que llegaran otros 4 o 5 pasajeros - que nunca hubieran llegado - para compartir todos juntos y apretados el viaje, estaba puesto Danza Kuduro (¡infieles todos!) y no pude evitar pensar en el inconfundible sonido del Corán. De la misma forma que tampoco pude evitar decirle al buen hombre: ‘Joder, qué coche más bien cuidado ¿no?’. Me miró y creo que intentó averiguar de qué selva me había escapado pero, por educación, no llegó a preguntármelo…

25 de marzo de 2014

LA FAMA AL SERVICIO DE LA SOLIDARIDAD

"La peor crisis humanitaria del siglo XXI se está desplegando ahora en Oriente Medio. La respuesta internacional a esta crisis es insuficiente para la gran escala de esta tragedia humana. No podemos conocer su dolor. Se necesita mucha más ayuda humanitaria y sobre todo que se alcance un acuerdo político.” - Angelina Jolie













21 de marzo de 2014

¡SALIMOS EN 'BLOGS DE VIAJES Y TURISMO'!


[ "No te lo tomes como algo personal" es un blog maduro, revoltoso, inteligente, lúcido y espontáneo. Un espacio lleno de vida, directo y sensato, con principios y valores muy bien definidos. Una burbuja de aire fresco, repleta de pequeños tesoros. Un blog de visita obligada para todos los que queráis disfrutar de una buena dosis de todo lo que Carlota y el país que le robó el corazón pueden ofreceros. ]

Lee aquí el artículo completo:

http://blogsdeviajes.wordpress.com/2014/03/21/no-te-lo-tomes-como-algo-personal/

19 de marzo de 2014

NO HAY EXCUSAS PARA NO SER LO QUE QUIERAS SER

"Marruecos es un país de contrastes, entre el desierto y el mar, entre lo viejo y lo nuevo, entre ricos y pobres. Cualquier idea preconcebida sobre lo que está bien o lo que está mal cambiará rápido cuando llegues. Lo que se considera normal en Occidente aquí no es aplicable. (...) Ver a la gente menos afortunada sacar el máximo provecho de sus vidas hace que te des cuenta de que realmente no hay excusas para no ser lo que deseas ser. Yo no creo en eso de conformarse con menos, tienes que encontrar lo que amas. La única forma de vivir realmente satisfecho es amar lo que haces. Y yo estoy muy agradecido ya que todavía soy joven y ya he encontrado lo que amo hacer."




"Morocco is a country of contrasts; between desert and ocean, between old and new, between rich and poor. Any preconceived notions of right and wrong, up down, or forwards and back words, will all soon change. For what is considered standard in the west does not apply here. Work is all about  surviving from recycling paintings and sand bags to selling just about anything. Seeing less fortunate  people make the most out of their lifes makes you realise that there really is no excuse for not being what you want to be. I don't believe in settling for less, i believe you have to find what you love. I think the only way to be truly satisfied is to love what you do. I'm just grateful I am still young and I've already found what I love doing."

16 de marzo de 2014

FRASES TÍPICAS EN MARRUECOS

Todos los que alguna vez han viajado a Marruecos han podido comprobar que hay una serie de frases típicas que, especialmente en ciudades turísticas como Marrakech, no dejan de oírse. Cuando algunos locales - comerciantes y camareros en su mayoría - ven a grupos de extranjeros sacan todo su repertorio de frases para caer en gracia y conseguir captar la atención del turista, aunque a veces pueden llegar a agotar. Si te ven sola por la calle, aunque seas de fuera, intuyen que vives allí y/o que conoces bastante bien el país y que no hay tanta necesidad de ser gracioso. Pero si no… ¡allá que van! Bienvenidos a Marruecos. Bienvenidos al mundo Wakha Safi.

FRASES DE CAMAREROS

- ¡Bienvenido!
- Más barato que en Mercadona.
- El Karlos Arguiñano marroquí, señorita.
- Abrimos cuando venimos y cerramos cuando nos vamos.
- Primer cliente, ¡precio amego! ¡TURURÚ!
- Zapatero cabrón.
- Barselona és bona si la bolsa sona.
- Más barato que en Carrefour.
- Relaja la raja maja. Nunca he llegado a entenderla bien, supongo que es gracioso que parezca que hablan en árabe cuando en realidad es español.
- Toma té, whisky bereber.

Cabras trepadoras

FRASES DE COMERCIANTES

- España bancarrota.
- Más barato que en Andorra.
- Pasa, pasa. Sólo mirar, sólo mirar.
- Mejor calidad que el Corte Inglés señorita.
- ¿Español? ¡Bienvenido! ¿Cómo está? ¿Bien?
- Rasta sin pasta.
- ¡Esto es cojonudo!
- Es cuero. ¡Cuero bueno! Acto seguido sacará un mechero del bolsillo para demostrarte que no se quema.
- Más barato que en Ryanair.
- Mucha ruina.
- Hasta luego, cocodrilo.
- Toma té, whisky bereber. Con ese tono con el que dicen 'bereber'.


FILOFOSÍA DE VIDA

- Marhaba. Bienvenido.
- Allí teneís el reloj, aquí tenemos el tiempo.
- Machi muskil. No problema, amego.
- Ti lo juuuuro.
- Mañana, inchallah. Mañana, si Dios quiere. El inchallah como solución a todos los problemas.
- ¡Visca Barça!
- Prisa mata, pachorra remata. Una forma de vida que todo Marruecos tiene perfectamente interiorizada. Cuando eres visitante resulta interesante pero cuando eres residente, aún siendo español, puede llegar a desesperar.
- Toma té, whisky bereber.

Machi muskil, amega. Sin prisa mañana, inchallah, estará arreglado.

FRASES PARA LIGAR (O AL MENOS INTENTARLO)

- ¡Cuerpo Danone!
- Where have you been?
- ¡Shakira! ¡Elsa Pataky! ¡Pantoja! ¿Por cuántos camellos?
- ¿Dónde está tu novio?
- ¡Eeeeeeeeeh! ¡Guaaa-pa!
- Tú buena gente.
- ¿Barça o Madrid? Lo de ‘¿Estudias o trabajas?’ ya si eso lo dejamos para cuando nos casemos.
- Marido bueno.
- ¿Quieres whisky bereber?

Nota: De los hombres del desierto y sus pirosos pastelosos que suben el azúcar a cualquiera ya haremos un libro más adelante.  "Tu sonrisa es la istrilla  que ilumina mi vida", "Yo podría esperarte mil años" y frases similares utilizadas como saludo para dirigirse a cualquier ser humano que no tenga nuez...

Negrata con cinco patas retratado por Úrsula Gil.

CURIOSAS

- ¿Quieres chocolate? ¿Hash? ¿Kifi? ¡Buena mierda de la montaña!

- En un libro ‘Darija-Español’ que encontramos en Fez, en la sección de ‘Frases típicas’, traducían '¿Dónde estás, Ayuntamiento?' y ‘El que sabe menos de tres idiomas es un ignorante’ como frases básicas para sobrevivir en cualquier país.

- En Marrakech, el dueño de una tienda nos preguntó que de dónde éramos, si de Cataluña o del País Vasco. Ante las dos únicas posibles respuestas contestamos que del País Vasco. ¿De Bilbao? Le dijimos que no, que de cerca. Y el hombre, sin ponerse ni colorao', nos dijo: "Ah, sí, sí. ¡Muy buena gente allí en Cerca!"



¿Te acuerdas de alguna otra frase que hayas escuchado en Marruecos? ¡No dudes en compartirla con nosotros!

15 de marzo de 2014

MI PRIMERA EXPERIENCIA EN UN HAMMAM MARROQUÍ

Sólo hay dos tipos de personas en el mundo; las que han estado en un hammam tradicional y las que no. La palabra hammam en árabe significa baño. El baño de casa, del restaurante, del hotel… Pero también hace referencia a esos baños árabes, situados normalmente cerca de las mezquitas, a los que la gente acude para asearse como Dios manda.
"Mientras Europa disimulaba la suciedad bajo perfumes y polvos blancos, Oriente Medio imponía un estricto hábito de limpieza y lo imprimía en su libro Sagrado, El Corán." - Blanca López Arangüena

Que estos baños estén habitualmente cerca de las mezquitas no es casualidad; antes de rezar los musulmanes deben hacer un riguroso ritual para realizar la oración de forma limpia y pura. Además, en Marruecos, como en tantos otros lugares, muchas de las casas no tenían – ni tienen – una ducha o una bañera propiamente dicha. Algunas tampoco agua caliente. Por eso, es común que la gente acuda con mucho gusto a estos baños públicos varias veces por semana para conseguir esa pureza corporal y espiritual. Unos baños a los que las mujeres más tradicionales van con sus hijos para reunirse con otras mujeres, salir de la rutina, distraerse, contarse penas y alegrías y, ya de paso, familiarizar a los críos desde que son pequeños con el cuerpo humano, sin tabúes. 

Son muchas las prácticas y costumbres árabes que se han importado y adaptado en el mundo occidental y el uso de los hammams es un claro ejemplo. Pero esos baños árabes de lujo, con hombres y mujeres en la misma sala inmensa (¡infieles! ¡que sois unos infieles!), decoración árabe, fuentes maravillosas, agua emanando por todas partes, piscinas, iluminación agradable, olores a pétalos de rosa, tumbonas, duchas, patios maravillosos llenos de mosaicos, zonas de vapor, zonas de relax con té a la hierbabuena incluído… esos hammams mucho me temo que no son tan auténticos.


Si vas a Marruecos, o a otro país árabe, no puedes marcharte sin probar la experiencia de un hammam tradicional; un baño árabe en el que volver a nacer junto a otros hombres o mujeres - cada uno en el sitio que le corresponda - del pueblo o de la ciudad en la que te encuentres. La gente local paga alrededor de un euro (10 dirhams) por acudir a uno de estos baños pero como turista y con propinas, el precio a pagar puede llegar hasta los 5 euros (50 dirhams) si quieres que otra persona te lave. Estos baños no son fáciles de encontrar si no prestas demasiada atención, aunque estén por todas partes, ya que la apariencia externa de los mismos engaña bastante y algunos ni siquiera tienen un cartel o una pintada que avise de su existencia. Pero basta con preguntar a cualquiera para que te informe de dónde está el hammam más cercano, o el hammam de funalito.

Lo normal es ir en bañador y con chanclas, con una toalla y con el bote de champú en caso de que lo vayas a utilizar. Además hay que llevar un guante-esponja y jabón negro (savon noir) para que la señora - o señor - del hammam te bañe como lo hacía tu madre cuando eras peque. Tanto el guante como el jabón son muy baratos y los encontrarás en cualquier tienda o mercado marroquí ya que lo utilizan de forma cotidiana.


Mi primera vez en un hammam en Marruecos fue en Chefchaouen. Le preguntamos a un joven, que colaboraba con el hostal en el que estábamos consiguiendo clientes, para que nos llevara a uno. Éramos cuatro chicas y nos acercó hasta uno que se encontraba bastante cerca de donde estábamos. Habló con la mujer que lo llevaba, en la puerta de su casa, y nos dejó con ella. Nos dijo que la siguiéramos y llegamos hasta la parte trasera de la casa. Subimos por unas estrechas escaleras hasta un rellano-vestuario en el que ya se empezaba a sentir el calor...

Justo cuando nos estábamos quitando la ropa para quedarnos en bikini entró una mujer de unos 80 años, muy arrugada y encorvada y, para nuestra sorpresa, se quedó literalmente en bragas. Nos pareció raro porque nos habían dicho que la habitación-sauna-ducha sería para nosotras solas pero si algo he aprendido en Marruecos es que allí nunca se sabe lo que puede pasar. La anciana nos indicó por dónde se entraba y accedimos a una habitación-ducha muy oscura y, de algún modo, misteriosa con agua por todas partes. Era un lugar húmedo, con mucho vapor, de baldosas azules oscuras calientes, en el que no había nada salvo una especie de fuente de la que salía agua desde una de las paredes, un par de cubos y un cazo de plástico. 


La mujer entró con nosotras y resultó que ella era la encargada de ducharnos. Nos mandó sentarnos - en el suelo - durante un rato para que con el calor que hacía allí dentro se nos abriera hasta el último poro del cuerpo. Cuando la señora consideró oportuno nos pidió que, una a una, fuéramos tumbándonos - en el suelo - para que empezara su faena. Primero boca arriba y luego boca abajo. Vuelta y vuelta. Los occidentales no estamos acostumbrados a este tipo de servicios y dejar que alguien al que no conoces de nada te haga en público lo que normalmente tú mismo te haces en la intimidad, especialmente si eres pudoroso, no es fácil. Menos aún cuando la octogenaria en top-less te pide encarecidamente que te quites el bikini, que le molesta para pasarte el guante con jabón y poder dejarte la piel como el culito de un bebé. En caso de que no quieras hacerlo basta con decírselo unas doce veces para que te haga caso y no vuelva a intentar arrancarte la poca ropa que te queda.

Las mujeres marroquíes suelen ir bastante tapadas por la calle pero, en estas situaciones, son mucho menos pudorosas que las europeas y no dudan en quedarse completamente desnudas, mientras hablan con sus vecinas y bañan a otras compañeras.


Después de habernos bañado y frotado con mucho garbo y esmero prácticamente todo el cuerpo (cuello, tobillos, rodillas, axilas, pies...) nos echó nuevamente un cubo de agua ardiendo para eliminar el jabón. Un jabón natural, muy hidratante que ni pica ni irrita. Es normal que la piel se ponga roja pero, dada la situación en la que encuentras, no es nada malo. Repitió el mismo proceso dos veces, con una fuerza y una energía que nos llamó la atención. Nosotras estábamos ahogadas de calor y la señora seguía como una rosa. Además nos hizo sentarnos delante de ella, de espaldas, para lavarnos el pelo con gran soltura mientras nos pasaba uno de esos peines estupendos de pequeñas púas que recomiendo a todo el mundo para justo antes de salir de la ducha.

Ir a un hammam no es sólo una cuestión de higiene. Es un ritual que va mucho más allá y que tanto hombres como mujeres realizan para cuidar su cuerpo y su alma, para relajarse y meditar.


Una experiencia única en la que no sabes si sientes dolor o placer. Un lugar genial en el que puedes llegar a sentirte incómodo entre tanta naturalidad, humildad y sencillez. Una forma de volver a nuestra esencia más pura. Un spa autóctono que no te dejará indiferente. Y es que nunca tendrás la piel tan tersa y tan suave como después de ese baño. Un baño del que sales como nuevo, totalmente relajado y con la sensación de que nunca antes te habías duchado. Con la idea de querer repetir pronto pero no...

13 de marzo de 2014

VÁYASE CON DIOS Y, POR DIOS, NO VUELVA

"Españoles, Rouco ha dejado de ser el máximo representante de dios en nuestro país. Aunque más que un manager divino ha sido un portero de discoteca con un derecho de admisión tan restrictivo que le ha dejado a dios el garito más vacío que Jesucristo dejó el templo. Me va a permitir, monseñor, que le dedique este obituario a su muerte como jefe de la Conferencia Episcopal Española. Dice así.
(...)
Durante 12 años, entre 1999 y 2005, y de 2008 hasta esta semana no dejó ni un día de meter el hocico en política, meter la mano en el cepillo y meter las narices en las vidas de los demás. Más que cura fue una enfermedad. Le nombraron cardenal por las hostias que repartía a todo dios. No se vio tanta persecución en España desde el Gran Inquisidor.
 

Con su voz sin tono, monocorde y sibilina, voz de confesionario y de encantador de serpientes, poco de fiar, monseñor encantaba a la derechona lamesotanas y condenaba al fuego eterno al resto de la sociedad. Crucificó a los homosexuales por su “rebeldía contra la biología” y protegió bajo su casulla a obispos homófobos como el de Alcalá, comparó el aborto con los crímenes de la II Guerra Mundial y a los laicos con el anticlericalismo de los años 30 que fue origen de esa contienda, a los nacionalistas catalanes y vascos los acusó de atentar contra el bien moral de la unidad de España y a la mujer la relegó al papel de madre incubadora ama de casa o por decirlo con su evangélica metáfora, “parra fecunda en medio de su casa”.
Lanzó a sus hordas inquisitoriales a la calle a protestar contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, contra el aborto o contra la Educación para la Ciudadanía pero jamás las movilizó contra las estafas bancarias, los recortes o el paro. No movió un dedo para ayudar a las familias empobrecidas y desahuciadas aunque le sobran inmuebles a nombre de la Conferencia Episcopal para dar cobijo a los que se han quedado sin hogar. Ni renunció a ninguno de los privilegios fiscales de la Iglesia mientras veía al resto de los españoles con la soga al cuello apretarse el cinturón.
Tampoco se acordó de las víctimas del franquismo a las que les dijo que “a veces es necesario saber olvidar” (sobre todo cuando la Iglesia forma parte de los recuerdos más oscuros de nuestra memoria histórica). Eso sí, no dejó de recordar a cada gobierno sus pretensiones de devolver a glorias pasadas la asignatura de religión y a fe mía que con Wert por fin lo consiguió. Cuando se trataba de pedir, monseñor podía ser un calvario y una cruz.
Ni siquiera en su despedida, que coincidió con el décimo aniversario de los atentados del 11 de marzo, mostró la mínima caridad y generosidad. No tuvo misericordia de las víctimas que se habían unido por primera vez en diez años y aprovechó el púlpito que se le había dado para echar leña al fuego de la teoría de la conspiración que tanto daño ha hecho y a las víctimas ha desunido. Y no contento con que el acto oficial del 11M en un Estado aconfesional como el nuestro fuese una misa católica, denunció que se haya apartado a la religión de la vida pública. Cínico e inflexible hasta el final.
No le diré que dios le tenga en su gloria, monseñor, porque ni dios querría aguantar a un hombre tan intransigente y mezquino como usted durante toda la eternidad y eso que su paciencia es infinita. Pero es que usted sería capaz de excomulgar a la Santísima Trinidad por ser una familia disfuncional formada por un padre soltero, un hijo rebelde y una paloma. Si Rouco llegase al cielo, le montaba a dios una manifestación del Foro de la Familia. Por eso veo más probable, monseñor, que el diablo le lleve. Que el diablo le lleve como alma que lleva el diablo aunque en su caso no encontrará el pobre alma que llevar, solo carne, huesos y sombra.
Váyase con él a ese infierno al que usted llama cielo. Váyase monseñor a ese infierno de familias como dios manda, mujeres sumisas, madres sacrificadas, gays reprimidos y hombres rígidos como tela de sotana. Váyase a ese infierno que ahoga como un alzacuellos donde se lapida al diferente y la libertad se condena, donde abortar es matar pero no es matar dejar morir de SIDA, donde se clama contra la vida de otros pero se calla cuando a un inmigrante pobre le quitan la vida, donde el amor sin barreras es pecado mortal y el sexo es mancha pero se oculta en sacristías al pedófilo y al pederasta, ese infierno de cinismo en el que mandan los que odian la vida.  
Vaya con dios, monseñor, a ver si por fin lo encuentra. Aunque va usted en dirección contraria... Tal vez eso le convenga porque como dios le encuentre un día, le manda a usted al infierno de cabeza. Vaya con dios, monseñor. Y, por dios, no vuelva."

Artículo Vaya con dios, monseñor de Javier Gallego. 13/03/2014

SENCILLAMENTE S-U-B-L-I-M-E.

12 de marzo de 2014

¡SALIMOS EN 'LA SENDA DE LOS ELEFANTES'!



Los chicos de la revista burgalesa 'La Senda de los Elefantes' me han hecho una entrevista para la sección 'Burgalés ausente'.

En tu blog No es nada personal cuentas, entre otras cosas, tus vivencias allí. ¿Qué hace que sientas esa profunda pasión por Marruecos? 
Sinceramente, no lo sé. Solo sé que desde que pisé el país por primera vez y sentí esa magia, esa vida, esa autenticidad, esa manera de reír y de sonreír, esa humildad, esa emoción, esa evasión, esa cultura, esa simpatía, esa realidad, esa hospitalidad, ese cariño, esa caótica tranquilidad, esa empatía, esa sencillez, esa naturalidad, esa honestidad, ese desparpajo, esa alegría, esa paz, esa espontaneidad… ya no he vuelto a ser la misma.

Lee aquí la entrevista completa:
http://www.lasendaburgos.com/burgales-ausente-carlota-miranda/

11 de marzo de 2014

SOY MUSULMANA Y NADIE MATA EN MI NOMBRE

Artículo de Lucía El Asri, una periodista de la que ya se habló en este blog. 11/03/2014.

"Y quien lo hace no me representa. Me han preguntado: “¡Eh!, ¿Dónde tienes las bombas?” – supuestamente desde la broma. Me han llamado lapidadora y me han asegurado que mi religión mata y es violenta. Y por tanto, yo también he de serlo. 
Me han dicho que en el Corán nos obligan (a los musulmanes) a matar a los infieles – es decir, a cargarnos a todos los seres del planeta que no sean musulmanes -, para combatir la falsa fe y la falta de creencia. Como si la moral o la bondad de una persona se midieran en función de su credo. Como si cualquiera pudiera matar, o debiera hacerlo.  
Fotografía de Lara Trigo
Seguramente nadie se haya puesto en mi piel, ni en la de millones de musulmanes que no tenemos nada que ver con la violencia ni con la falta de humanidad. Supongo que todo depende del punto de vista de cada persona. Y de su educación. Tal vez yo sea una musulmana rara – aunque no lo creo en absoluto - pero a mí, nadie, nunca, me ha dicho que tengo que matar a otro por el simple hecho de ser musulmana. O de que él no lo sea. 
Tampoco me han ordenado odiar a otros por no pensar lo que yo pienso, o porque Muhammad no sea su profeta. Desde pequeña, mis padres me enseñaron que el Islam es una religión de paz, que nadie puede hacer daño a nadie, y mucho menos matar. E incluso, y esto es importante: me enseñaron que nadie tiene la potestad para matarse a sí mismo. Por lo que, la premisa de suicidarse en nombre de la religión para ir al paraíso queda totalmente inservible y, aparte de ser ridícula, es completamente anti islámica. Y supongo que contraria también al cristianismo y judaísmo. 
Pocas personas nos han preguntado a nosotros –los musulmanes- cómo nos sentimos después de que gente desalmada mate en nuestro nombre. Pocos entienden que ser musulmán no implica dejar de ser persona. Y, mucho menos, supone no ser español, estadounidense, o irakí. Qué más da. Soy musulmana, sí, pero igual que otros tantos miles de españoles. Y no soy diferente de quien no conoce el Islam. 
¿Es que a nosotros no nos afectan las muertes –o, mejor dicho, asesinatos- de miles de españoles a manos de desalmados que dicen matar en nombre del Islam? Por supuesto que sí, y lo hacen desde muchos frentes. Primero, porque también perdimos amigos, padres, vecinos, hermanos, en esos atentados. Segundo, porque somos españoles, o tenemos familia española, amigos españoles, o incluso vivimos en países vecinos a España, y la proximidad también afecta – que las fronteras no importan tanto, o que estamos a un paso, como quieras verlo -. Tercero, porque somos musulmanes y ellos – los terroristas - utilizan nuestra religión para matar. Y, lo peor de todo…que “los otros”, los  no musulmanes, se piensan que nosotros apoyaríamos este tipo de atentados. No los apoyamos, al igual que no apoyamos las guerras en Irak o Palestina. Pero tampoco los atentados en Estados Unidos o Londres, ni los atentados terroristas contra judíos. 
Me pregunto qué se le debe de pasar a alguien por la cabeza al utilizar el nombre de Dios para hacer terrorismo. Muy poco creyente y musulmán tiene que ser cuando lo hace. Pero todos seremos juzgados por nuestros actos, y utilizar el nombre de Dios para matar creo que es lo más horrible que puede hacer alguien que se considera musulmán. 
Porque profesar una religión no te convierte en asesino, ni te obliga a serlo. Y porque deberíais escucharnos a nosotros – que hablamos de paz y hermandad -, pero preferís seguir prestando atención a quienes hablan de terrorismo islámico y yihadista. Me gustaría saber si alguien se ha parado a pensar qué es la yihad. Yo hago la yihad. Llámenme terrorista si quieren. Pero los terroristas son ellos, sin calificativos ni añadiduras."

10 de marzo de 2014

SENTIR RESPETO AL ENTENDER LO QUE IMPLICA TU SUEÑO

Ella es Mireia, una joven de 25 años estudiante de Educación Social. Su primer viaje a Marruecos fue hace dos años, durante diez días, con una amiga. El segundo viaje, el año pasado, hizo un Casal Katxima de verano en Tafraout  y en breve vuelve al país vecino con su pareja…

"Cuando todo aquello que te rodea te hace sentir fuera de lugar. Cuando lo que ves a diario hace que bajes la cabeza sintiendo una impotencia que no sabes como seguir reteniendo. Cuando te sientes incapaz de decirle a tu mente que deje de imaginar o cuando notas que lo único que te pide tu cuerpo es movimiento. Cuando en ti se despiertan nuevas inquietudes y curiosidades que no te dejan pensar en nada más. Cuando aparecen señales que te muestran una y otra vez aquello que en el fondo deseas ver. Cuando tienes claros tus propósitos pero hay algo que te hace dudar o que notas que te ata. Cuando eres consciente de que eso que te ata solo son tus malditos prejuicios. Cuando tienes un mundo nuevo por descubrir.  
Cuando todo eso que vives a diario notas que se te queda pequeño. Cuando tus pensamientos llevan ya un buen tiempo dirigiéndose al sur. Cuando notas un pinchazo en el pecho cada vez que escuchas algo relacionado con eso. Cuando no dejas de leer cosas como: "No sabemos dónde vamos, pero esa no es una razón para no ir" o "mi país dejó de ser mi única casa para convertirse en un punto de partida". Cuando le quitas importancia al tiempo, porque sabes que la prisa mata. Cuando sientes respeto al empezar a entender todo lo que implican tus sueños. Cuando deseas que tus sueños se hagan realidad. Cuando lo único que te planteas en la vida es crecer aprendiendo. Cuando crees y empiezas a ser consciente de que te sobran demasiadas cosas y te falta humildad. Cuando quieres empezar a entender lo que es vivir. Vivir Marruecos."


Si quieres que tu historia también aparezca por aquí sólo tienes que pedirlo. Ponte en contacto conmigo e intentemos entre todos, desde nuestra experiencia personal, transmitir la realidad, buena y menos buena, de Marruecos.

9 de marzo de 2014

¡¡¡ NUEVO SORTEO !!! ¿A QUÉ ESPERAS PARA PARTICIPAR?

Siempre invito a que todos aquellos que siguen notelotomescomoalgopersonal comenten, compartan y critiquen - de forma constructiva - lo que leen. Los que escribimos un blog sabemos lo importante que es comprobar que al otro lado de la pantalla hay alguien interesado en lo que dices. Es común pensar eso de ¿pero esto que digo le interesará a alguien más que a mí? Y, aunque viendo el número de visitas puedas intuir que sí, no hay nada como un comentario o un email para seguir alimentando esas ganas por compartir algo tuyo que le pueda servir a los demás.

En poco más de 4 meses la página de Facebook de 'No es nada personal' ha alcanzado los 1140 seguidores y hoy, para agradecer el apoyo y el cariño de toda esa gente quiero hacer un nuevo sorteo. Como dije, la envergadura del blog aún no es tan bestia como para regalar una jaima en el desierto, con bereber incluído, o un viaje de ida a Australia, con visado incluído, pero todo se andará. Por ahora, una vez más, se tratará de algo muy sencillo. Pero ¿y la ilusión que hace recibir en casa algo gratis y porque sí, qué?



Si participas en el sorteo podrás ser el ganador del libro Marruecos, amor y canela de Verónica Rossato, con un pequeño glosario de palabras básicas en árabe. 

"Gabriella es una periodista destinada en Marruecos. Su corazón anda en búsqueda no sólo de aventuras y experiencias interculturales, sino de una espiritualidad más verdadera. Inmersa en los olores agridulces de Fez, enamorada de los misterios de la medina y de las curiosas gentes del lugar, descubrirá los orígenes de un amor imperecedero cuando conozca a Youssef, un marroquí que no habla como los demás musulmanes. 
Esta apasionante novela de ficción nos sumerge en el mundo de la cultura árabe, su gastronomía, sus costumbres, su religión. De sus páginas destila ese mágico aroma a "canela, jengibre y comino" que da sabor a la cálida brisa del desierto."

Además, entre todos los participantes se sorteará también una de estas estupendas postales dedicada. ¿A qué esperas para participar? ¡Es gratis! Tienes hasta el 6 de Abril de 2014 para hacerlo.






¿Qué hay que hacer para participar y conseguir el libro o la postal? ¡Muy sencillo, sólo 3 pasos!
  1. Hacer click en ‘Me gusta’ en nuestra página de Facebook.
  2. Publicar en tu muro esta entrada y alguna de tus favoritas del blog. 
  3. Escribir aquí un comentario con tu nombre o tu email para poder encontrarte si eres el ganador y el número de la postal que quisieras recibir en caso de que te tocara.
[Nota para los que no saben cómo comentar. Sólo hay que escribir el comentario y en la pestaña que aparece abajo de 'Comentar como' seleccionar la opción 'Nombre/URL'. Escribís vuestro nombre, sin necesidad de introducir ninguna URL, y voilà!] 
    ¿Fácil, no? Así se las ponían a Fernando VII, así que no tenéis excusa. ¡Ah, y no me seáis fulleros, que se comprobará que habéis cumplido los tres pasos! ¡Suerte, pichones!

    5 de marzo de 2014

    ‘EL PRÍNCIPE’ Y LA REALIDAD

    ‘El Príncipe’ ha causado furor y, cada martes, más de cinco millones de espectadores siguen las historias que se desarrollan en el barrio ceutí que da nombre a la nueva serie de Telecinco.

    No voy a hablar del montaje, ni del guión, ni de la trama, ni de la realización, ni de esas imágenes horribles llenas de color que no pueden disimular lo artificiales que son… Cada uno tendrá su opinión personal y no creo que aporte demasiado hablar de la mía. Pero creo que sí es importante hablar de hasta qué punto se refleja la realidad.

    Antes de nada, aunque he visitado Ceuta nunca he ido al barrio de ‘El Príncipe’ pero dudo bastante que sea un lugar tan limpio, tan rico en colores y decorados, tan nuevo y tan poco transitado. La intuición y la experiencia me dicen que debe tratarse de un lugar bastante poco amigable, siempre lleno de gente, de tiendas, de cafeterías, de zocos…

    En Tánger

    Es difícil defender la idea de que se busca mostrar al espectador, de forma transparente, la verdad de la cultura árabe en general y marroquí en particular cuando se siguen utilizando topicazos a mansalva. Topicazos responsables de que la mala fama de algunos, por desgracia, vaya cada vez a peor.

    Hablar del mundo árabe y presentarlo siempre de manera tan esteriotipada, rodeado de hachís, terrorismo, radicalismo, extremismo y yihadistas por doquier, no ayuda demasiado a que la gente deje de relacionar directamente barbas con kamikazes y chilabas con atentados en Nueva York. Por enésima vez, una serie de televisión se centra en una realidad demasiado oscura que la inmensa mayoría de musulmanes condena igual que lo hacemos los que no lo somos.


    El Corán en Tetuán

    Cada vez que en televisión alguien se arrodilla para rezar – igual que vosotros os arrodilláis en la Iglesia – termina apareciendo un arma. Cada vez que suena una llamada a la oración, por alguna extraña razón, termina apareciendo un suicida. Y cada vez que alguien dice Allahu Akbar (Alá es grande) es para terminar inmolándose in situ.

    “Por esta razón, prescribimos que quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni corrompido en la tierra, fuera como si hubiera matado a toda la Humanidad. Y que quien salvara una vida, fuera como si hubiera salvado las vidas de toda la Humanidad.” (Corán 5:32)

    Luego, claro, vienen los sobresaltos. Llegan a Marruecos, o a cualquier país musulmán,  y se encuentran que, sin previo aviso, alguien se pone a rezar en la misma habitación en la que están y se quedan paralizados ante tal hecho. O están paseando por la calle y escuchan la llamada a la oración, cinco veces al día, desde cada mezquita de la ciudad en la que se encuentran, con varios megáfonos en cada una de ellas. Una mezquita en la que hay un imán – el hombre encargado de realizar la llamada - que no deja de repetir Allahu Akbar, Allahu Akbar. Y a alguno de los que únicamente conoce el mundo musulmán desde el otro lado de la pantalla sólo le falta cronometrar los segundos que quedan para que explote la bomba esa que siempre explota después de que alguien dice que Alá es grande. Es un error prejuzgar de esa forma tan brutal, más aún si nos dejamos llevar por la ignorancia.

    Mezquita de Hassan II en Casablanca

    Otro tema interesante es el trato que se le da a las mezquitas, vendidas siempre como joyos oscuros en medio de suburbios, sin luz ni ventilación, que sirven de academia perfecta para aprendices de terrorista. Está claro que los que se empeñan en trasmitir esa imagen nunca han visto una. Y si la han visto no se acuerdan. Evidentemente habrá locales concretos en ciudades determinadas destinadas para tal fin, pero vender siempre la misma barbaridad es, para que nos entendamos, igual de temerario y surrealista que afirmar que cada Iglesia cristiana es una escuela de pederastas. De la misma forma que el cura pederasta es pederasta por estar mal de la cabeza y no por ser cura, el musulmán suicida es suicida por estar mal de la cabeza y no por ser musulmán.

    Por otro lado, si con el papel de la protagonista Fatema en la serie se quiere enseñar al espectador cómo es la mujer musulmana apaga y vámonos. Las conversaciones con sus amigas, los escarceos diarios con el poli, el beso en la calle con su futuro marido y esa forma inédita de ponerse el pañuelo en la cabeza recuerdan poco a las mujeres marroquís y musulmanas. De hecho, nunca he visto a una musulmana llevar un hiyab de esa manera; o les cubre el cabello por completo o no lo llevan. Pero eso de utilizarlo para despejarse la cara y que se vea lo guapita que eres no suele ser habitual…

    En Assilah

    Tampoco entiendo demasiado bien a qué viene no traducir las partes del diálogo que son en árabe. Se sigue fomentando así esa idea de que si alguien habla en árabe es porque algo - malo - se trae entre manos. Algo turbio, algo que el resto no debe saber. Aunque digan 'ya lo sé', '¿qué has dicho?' o 'gracias a Dios', el espectador siempre terminará pensando que el morito la está liando.

    Ah. Y, ahora que sacáis el tema, creo que ya ha llegado el momento de dejar de abusar del término ‘moro’, siempre empleado de forma tan peyorativa, como sinónimo de ‘gentuza’. ¿No?

    3 de marzo de 2014

    ¡SALIMOS EN LA REVISTA 'SANDALIAS ALADAS'!


    'Carlota se fue con 22 años, motivada por la ambición de vivir un cambio, un aire diferente. Pero a los 4 meses se dio cuenta de que algo no estaba marchando bien, de que ése no era el camino que quería seguir, de que aquella no era la dirección en la que quería ir. Es por eso que con un inmenso halo de ganas y de mucha ilusión, Carlota decidió dejarlo todo y marcharse a vivir a Marruecos 
    Hoy con sus 24 años, Carlota Miranda tiene una fortaleza y una energía que sin duda, la convierten en una persona especial. Esperemos que su historia os enriquezca tanto como nos ha enriquecido a nosotros.'

    Lee aquí el artículo completo:
    http://sandaliasaladas.weebly.com/6/post/2014/02/vivir-en-marruecos.html