18 de mayo de 2016

¿ES PELIGROSO VIAJAR A IRÁN?

No, rotundamente no. Es cierto que pararse a mirar detenidamente la ubicación exacta de Irán en un mapa no es, de primeras, lo más tranquilizador del mundo. Vecinos como Siria, Irak, Turquía, Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Turkmenistán, Pakistán, Afganistán... Entre eso y la incesante labor de los medios de comunicación por hacer que sólo nos lleguen noticias entre malas y muy malas de ciertas partes del mundo, es normal que Irán asuste. Nos han educado para eso, para que nos dé miedo. Para que no pensemos por nosotros mismos y para que no se nos ocurra salir a descubrir un país con infinidad de cosas por ofrecer. Para que ni se nos pase por la cabeza tratar con un pueblo, como ya he comentado, amable, tranquilo, culto, con ideas propias, hospitalario, rebelde y educado. No vaya a ser que a alguno se le pegue algo...


Irán es un país de esos que consigue que ya estés pensando en tu siguiente viaje cuando aún ni siquiera has vuelto a casa. Una de esas realidades que te recuerda porqué hace años que no ves los telediarios ni nada que se le parezca. Un entorno que te obliga a gritar a los cuatro vientos todo lo que te ha regalado durante tus días allí. Sé que hasta que no lo veas no lo terminarás de creer, pero la sensación de seguridad total que se respira en la calle, tanto de día como de noche, es una evidencia que todos los que hemos visitado el país podemos confirmar. Es cierto que la gente te mira mucho, pero lo hacen siempre desde la distancia, el respeto, la prudencia y la más profunda curiosidad. Les encanta recibir extranjeros y, sin darte casi ni cuenta, le habrás contado a medio país de dónde eres, por qué estás en Irán, de qué equipo eres, si estás casada o soltera, qué países has visitado, en qué trabajas, cómo es tu ciudad...

Nadie puede negar que el turista es el centro de atención pero puedo prometer y prometo que el nivel de acoso es nulo. O, para curarme en salud, prácticamente nulo. Evidentemente, como en cualquier lugar del mundo, pueden ocurrir episodios feos en momentos concretos y con personas determinadas (¡faltaría más!) pero sentirse agredido, violentado o acosado en Irán es muy, muy, muy complicado.


Es posible que aún sabiendo que la seguridad es uno de los puntos fuertes del país, te asalte la eterna pregunta. "Pero... ¿también es seguro para chicas?" He de reconocer que durante nuestro tiempo allí no vimos ni un solo grupo de chicas viajando sin hombres. Ni uno. La inmensa mayoría de los que actualmente visitan Irán lo hace en macro-grupos organizados de unas 10-20 personas. ¡Qué agobiorrrrrr! O en pareja. O en grupos mixtos de colegas. Pero apenas hay chicas solas. Y, honestamente, no hay razones para ello. Al contrario. Irán es un país muy tranquilo y cómodo para el visitante, donde cualquiera está dispuesto a ayudarte antes de que puedas pedir ayuda.

Y aunque suene raro en el mundo en el que vivimos, no sólo no es peligroso para extranjeras sino que - para mi forma de entender los viajes - es mucho más recomendable viajar sólo chicas. Sin hombres, solamente mujeres. Y por vuestra cuenta, claro. Sin nada organizado. Es verdad que ellos no tienen que cumplir un código de vestimenta tan marcado como el nuestro, pero siendo mujer es muchísimo más fácil adentrarse en el país, en las conversaciones, en los paseos, en las casas, en los planes, en los secretos... Ellos nunca podrán descubrir como nosotras todo lo que la mujer iraní esconde detrás de su velo. Y os aseguro que ese, precisamente ese, es uno de los mayores tesoros de este desconocido y misterioso rincón de Oriente Medio.


Así que si la seguridad del país es lo que te preocupa... olvídate de todo y compra ya tu vuelo.

¡En Irán te están esperando con los brazos abiertos!

¿SABÍAS QUE EN IRÁN...?

- La homosexualidad es castigada con pena de muerte pero las operaciones de cambio de sexo están permitidas. Fue el mismísimo Ayatolá Khomeini, el fundador de la República Islámica, el que aprobó que así fuera.

- Consumir alcohol está prohibido y la gente no sólo lo consume (gracias al mercado negro) sino que es bastante habitual que algunos lo produzcan en casa. Cerveza y vino principalmente. Y, aunque no lo hemos comprobado de primera mano, por lo que cuentan, de bastante buena calidad.

- Tanto si eres iraní como si no, si eres mujer tu vestimenta debe cumplir tres requisitos básicos: pañuelo en la cabeza, manga por debajo del codo y culo siempre, siempre cubierto.

- La moneda del país es el rial pero la gente habla en tomanes, una moneda que no existe. Incluso muchos precios están escritos en tomanes. De ahí que sea muy importante saber en todo momento en qué moneda nos estamos comunicando. (1 euro son aprox. 38.000 riales. Y 1 tomán son 10 riales)


- Los iraníes no son árabes. Ni tampoco lo parecen. Ellos mismos te lo recordarán en varias ocasiones. "No somos árabes, somos persas". Pero, aunque la mayoría que sí lo son, tampoco es del todo cierta la afirmación. Los iraníes también son azeríes, kurdos...

- Irán es el país del mundo en el que más operaciones de rinoplastia se hacen.

- A diferencia de lo que nos resulta habitual, la mayoría de los maniquís en las tiendas son hombres.

- Los números allí son diferentes. Aunque una vez que te familiarizas con ellos resultan bastante intuitivos, siempre llama la atención convivir con algo que no es nuestra verdad universal.


- Es uno de los mayores exportadores a nivel mundial de petróleo, gas natural y... pistachos. Maravillosos pistachos. He de reconocer que llevaba años sin tomarlos y no he podido evitar volver a casa con una bolsa llena de ellos. ¡Qué manjar!

- En Irán tienen un calendario diferente al nuestro y mientras que aquí es 18/05/2016, allí es 29/02/1395.

- Los iraníes hablan farsi. Es cierto que también se lee de derecha a izquierda pero, aunque su escritura nos parezca árabe, no lo es.

- Irán es una República Islámica poco religiosa. Cuando visitas países musulmanes como Marruecos, por ejemplo, es literalmente imposible no escuchar las múltiples llamadas a la oración desde las diferentes mezquitas que siempre te rodean. El viernes, el día sagrado, la gente se pone sus mejores galas. Puedes encontrarte gente rezando en prácticamente cualquier lugar de las ciudades. Las mezquitas siempre están llenas. Llenas no, llenísimas. Tanto en su interior como fuera de ellas. Pero en Irán esto no ocurre. Las llamadas a la oración son tan discretas que a veces ni te percatas de que están sonando, en el día a día las mezquitas están prácticamente vacías, tampoco es habitual ver a nadie rezando en la calle...


- El transporte público (taxi, metro, autobuses...) es baratísimo y no hace falta ser un genio para darse cuenta que el hecho de que la gasolina valga nada y menos puede tener algo que ver.

- Hasta hace nada, conseguir el visado para entrar a Irán era un jaleo. De tiempo, de papeles, de dinero...
Pero desde hace pocos meses la cosa ha cambiado y ya no sólo no tienes que cubrirte el pelo si eres mujer para hacerte la foto sino que si vas un tiempo determinado al país te hacen el visado directamente en el aeropuerto, a tu llegada.

- Es tan habitual ver a mujeres vestidas de riguroso negro, con el chador cubriendo todo su cuerpo salvo su cara, como ver a chicas maquilladísimas, con las cejas pintadas y tatuadas, la nariz operada, con el pañuelo lo más atrás que la gravedad permite, colores llamativos... Modernísimas rozando lo hortera.

- Las letrinas suelen ir acompañadas no sólo de grifo con regulador de temperatura sino también con cisterna. Y si aquí una servidora ya era fan incondicional de este tipo de baños, después de haber descubierto estos dos complementos extra creo que ya puedo morir tranquila.



- La censura es una de las asignaturas preferidas de sus gobernantes. Decenas de libros están prohibidos, pero la gente los tiene en casa. La televisión por satélite está prohibidas pero en muchísimos hogares ven cualquier canal del mundo. Múltiples webs como Facebook están capadas en todo el país, pero la gente
se las apaña con filtros y similares para saltarse una vez más la prohibición.

- Si en tu pasaporte tienes algún sello de Israel, se te prohibe la entrada al país.

- Visitar Teherán ha sido lo más parecido que he hecho en mi vida a descender a las cloacas, al inframundo. El aire de la ciudad es puro veneno y el olor a neumático y combustible aún lo tengo en la garganta.

- No encontrarás ni un solo McDonalds en Irán.

17 de mayo de 2016

¿QUE POR QUÉ IRÁN?

"¿Que por qué Irán? Porque no me creo nada".


CÓMO VESTIR EN IRÁN Y NO PARECER UN SACO DE TRAPOS A LA DERIVA

Irán es una República Islámica que se rige por la sharia. Oseasé, por la ley islámica. Así que si vas a viajar a Irán y eres mujer has de saber que existe un código de vestimenta muy claro que se aplica tanto a iraníes como a extranjeras. No hay distinción. Da igual quién seas y la época del año en la que vayas. Tu indumentaria deberá cumplir principalmente tres condiciones básicas: pañuelo en la cabeza, manga por debajo del codo y culo siempre, siempre cubierto. Pero que no cunda el pánico. Hacer la mochila para viajar con estos requisitos no es tan grave como parece ni tan restrictivo como muchos cuentan....


¿Qué ropa me llevo entonces? ¡Te cuento!

Pañuelo en la cabeza:

Tienes que llevarlo sí o sí, no hay excusas. El primer día te resultará extraño hacerlo pero al segundo te sorprenderás a ti misma combinándolo frente al espejo y acostumbrándote a una prenda con la que nunca antes habías convivido. ¡Ha llegado el momento de darle una nueva utilidad a esas pasminas que tienes por casa! Eso sí, es muy importante que tengas en cuenta - tanto con esta prenda como con todas las demás - que una cosa es ir tapada y otra cosa es ir asada como un pollo. Si te pones en la cabeza a 35 grados el mismo pañuelo que te pones al cuello en pleno invierno burgalés, evidentemente, odiarás haber ido al país de los ayatolás. Pero con un pañuelo ligero no sólo no pasarás ni pizca de calor sino que te servirá para protegerte del incesante sol que ya luce desde hace días y apenas lo notarás. 


El velo en la cabeza en Irán se lleva de forma muy diferente a como se lleva en Marruecos, por ejemplo. Mientras que en el Magreb todas las mujeres que llevan hijab lo llevan ajustado a la cabeza, cubriendo totalmente su pelo, en Irán es prácticamente todo lo contrario. Por un lado están las mujeres que visten el mítico chador negro y por otro lado están todas las demás. Las chicas llevan el velo de cualquier manera, muy suelto y con más de media cabeza descubierta, aguantándolo lo más atrás posible con un moño/pinza, como echando un pulso a lo que para muchísimas de ellas es una pura imposición con la que, evidentemente, no les gusta tener que convivir. Alguna de ellas lo sujeta incluso detrás de las orejas. A veces, de hecho, vas por la calle y parece que estás viendo un concurso llamado "Cómo llevar un pañuelo en la cabeza cubriendo lo menos posible". Chicas que lo primero que hacen al llegar a casa es quitarse el velo, mujeres que en el avión no lo llevan y se lo tienen que poner nada más llegar, jóvenes con las que te encuentras en un ambiente más íntimo (como en un hotel) y son las primeras en echarte el pañuelo para atrás e incluso quitártelo, como diciendo: "no seáis más papistas que el Papa, jodidas".



Aunque es cierto que la mayoría de ellas suele llevar el pañuelos en tonos muy oscuros o tonos pastel, no hay ningún problema en utilizar cualquier color o cualquier estampado. Y si se te cae, no pasa nada. Te lo vuelves a poner y ya está. No hay nadie esperando ese segundo y medio que estás sin pañuelo para echarte la bronca por semejante atrevimiento. De hecho, las veces en las que hemos perdido el pañuelo mientras hablábamos con iraníes no sólo no nos han dicho ni sino que se han reído (¡y de qué manera!) ante nuestro tremendo sobresalto. "¡¡¡Uy, que se me ha caído el pañuelo!!!" Si para muchas de ellas el outfit diario ya es un disfraz que les obligan a llevar, imaginad lo que deben pensar al ver a mujeres de fuera metiéndose voluntariamente en ese berenjenal.

Culo cubierto:

Indispensable. Vestidos, camisetas largas sueltas, camisolas, guardapolvos... Lisos, estampados. Discretos, llamativos. Todo vale con tal de que no marques tus curvas, con tal de que no se intuya la forma de tu culo. 


Manga por debajo del codo:

El tercer requisito indispensable. La inmensa mayoría de las mujeres lleva manga larga pero con una manga 3/4 no tendrás tampoco ningún problema. Aunque en un principio pudiera parecer que el pañuelo en la cabeza es lo más incómodo de la indumentaria iraní, para nosotras la manga larga ha sido, sin duda, lo más molesto ya que apenas tenemos cosas en el armario de manga larga que no abriguen y el calor en Irán a estas alturas del año aprieta ya bastante, tanto de día como de noche.

Pantalones:

Antes de viajar a Irán leímos en varias páginas que era prácticamente obligatorio llevar pantalones anchos, bien sueltos, y nada más lejos de la realidad. Si ni ellas mismas lo llevan así, no seamos nosotros más puritanos que ellos. Si llevas el culo bien cubierto da exactamente igual lo que lleves debajo. Pantalones anchos, pitillos, leggings, vaqueros... Lisos, estampados. Sueltos, ajustados. No importa. Lo único que no debes marcar es el cucu.


Calzado:

El que quieras. Tacones, zapatillas, sandalias, botas, chanclas, zapatos... No hay normas.

Maquillaje:

Puedes maquillarte todo lo que quieras y más, jamás alcanzarás su nivel de maqueo. Labios rojos, kilos de pote, rimmel a mansalva, colorete por doquier, cejas tatuadas/pintadas... Y no sólo eso sino que Irán - para sorpresa de muchos - es el país del mundo con más operaciones de rinoplastia. Es muy habitual ver a chicas por la calle con la típica tira blanca en la nariz tras una operación de cirugía estética. De hecho, cada vez hay más hombres que se apuntan a esta moda que para muchos roza ya el nivel de obsesión. Así que si te preocupaba llamar la atención con tu maquillaje... no hay de qué preocuparse. Estás más que a salvo en este mar de cosméticos al que algunos llaman Irán.

15 de mayo de 2016

COSAS QUE PASAN AL VIAJAR A IRÁN

Durante el tiempo que pasamos en Shiraz (Irán) se celebró el día en que Muhammad fue elegido por Dios como el profeta y Cris y yo nos metimos esa noche en la mezquita más grande de la ciudad, ataviadas con un chador de leopardo de lo más discreto que nos dejaron para poder entrar. Tras pasar los controles de seguridad, nos abrieron literalmente el telón y fue como entrar en otra realidad. En otro mundo. De luz, de color. De mayores, de niños. De hombres, de mujeres. De sonrisas, de llantos. De negro sobre negro. De pura belleza. Compartir desde dentro un momento tan mágico con miles y miles de chiítas ha sido, sin duda, uno de los momentos más emocionantes e inolvidables de mi vida. La piel de gallina durante casi todo el tiempo que estuvimos dentro y lágrimas en los ojos de pura emoción, de pura energía incontrolable, al estar en medio de algo tan sumamente increíble. Una paz que te revuelve, una guerra que te tranquiliza. Escalofríos que nacen en la nuca y mueren en los pies. Un ambiente único con un misticismo que no se puede explicar, pero que te sacude sin poderlo evitar.




14 de mayo de 2016

GRAFFITIS EN TEHERÁN

"El 22 de octubre de 1979 el Sha de Irán, Mohammad Reza Pahlevi, viajó a Nueva York para ser sometido a un tratamiento contra el cáncer. El 1 de noviembre, el nuevo líder de Irán, el clérigo islamista chiíta, el ayatolá R. Jomeini, encabezó una revolución islamista que buscaba un nuevo gobierno, argumentando que el Sha era un títere de los intereses de Estados Unidos y que debía ser depuesto para imponer un nuevo gobierno, una república de carácter teocrático.

El 4 de noviembre la embajada estadounidense de Irán fue rodeada por un grupo de alrededor de 500 estudiantes iraníes seguidores de la revolución islamista. Cincuenta y dos estadounidenses fueron tomados como rehenes durante 444 días, mientras que seis diplomáticos lograron escapar de la embajada durante la toma, los cuales fueron refugiados por el embajador canadiense y su esposa en su residencia hasta su rescate. El Presidente Carter llamó a las víctimas del secuestro "víctimas del terrorismo y la anarquía" y añadió que Estados Unidos no iba a ceder al chantaje.

A menudo, el movimiento islamista mostraba a los rehenes con los ojos vendados a la población local y a las cámaras de televisión. Los rebeldes islamistas dijeron que los ciudadanos cautivos serían liberados únicamente a cambio de la extradición del Sha a Irán para ser juzgado por "crímenes contra el pueblo iraní" en consonancia con las palabras del líder islamista, el ayatolá Jomeini, con una retórica fuertemente antiestadounidense, denominando repetidas veces al gobierno estadounidense como 'el Gran Satán' y 'el enemigo del Islam'."

Y aunque el pueblo iraní no parece tener nada en contra de los americanos, lo cierto es que actualmente, en los muros de aquella embajada de Estados Unidos en Teherán (Irán) asaltada hace casi 40 años, lucen estos graffitis en contra de América e Israel.









13 de mayo de 2016

IRÁN (Y VOLVERÁN UNA Y MIL VECES)

Llenando la mochila de experiencias únicas en un país increíble que ha superado con creces nuestras altísimas expectativas. 

Isfahan, Irán.

12 de mayo de 2016

DECIR QUE VAS A IRÁN SIN QUE CUNDA EL PÁNICO

No se puede. Perdón por el realismo pero no se puede. No es posible decir "Me voy a Irán" sin que salten todas las alarmas. Los que hemos estado en países con mala fama sabemos cómo suelen ser las reacciones de la gente. Esa cara de estupefacción, asquito y preocupación unida a frases tan tranquilizadoras como "os va a pasar algo", "¡a quién se lo ocurre!" o "¿no tenías otro sitio al que ir?".


Pero con Irán ocurre algo diferente. Para el imaginario occidental es un destino tan profundamente desconocido, terriblemente oscuro y sumamente lejano que nadie se ha planteado jamás escuchar la frase "Me voy a Irán". Mucho menos de vacaciones, mucho menos de boca de una chica. Por eso, cuando dices esas cuatro palabras tan inquietantes la gente no reacciona. Durante dos segundos, entra en shock y se queda parada mientras su mente bombardea (¡qué bien traído el verbo!) ideas como "guerra, infierno, devastación, ISIS, lapidación, armas químicas, atentados, muerte, terrorismo, destrucción masiva". Irán y no volverán, vaya. Y cuando, por fin, vuelven a su ser lo único que son capaces de articular - con cara de pánico y los ojos fuera - es... "¿A Irán?". Sí, amigos. A Irán. Me voy a la República Islámica de Irán. Al Eje del Mal, como lo llamó Bush.


Un país curioso y misterioso que poco a poco y desde hace nada, va abriendo sus puertas. Un lugar muy, muy, muy seguro sobre el que todos los viajeros que lo conocen hablan maravillas, sin excepción. Una nación que es la cuna de la civilización. Un entorno fácil y cómodo para el extranjero en el que se respira historia, rebeldía y ganas de libertad. Un sitio con una gente que te cautiva como jamás pensaste que nadie podía hacerlo. Un territorio tranquilo y silencioso cuya arquitectura te deja sin habla. Un mundo totalmente diferente en el que la Coca-Cola es un invento reciente y el McDonalds no existe. Un pueblo culto, con unos niveles de amabilidad a los que no estamos nada acostumbrados, deseoso por descubrir y esperando a ser descubierto.



"No vayas a Irán... puede convertirse en el mejor viaje de tu vida".